viernes, 26 de agosto de 2011

La historia de nuestro vecino: El Hornero

El hornero es viajero viejo, por momentos hermano y por momentos padre. Por eso le decimos también Tío Victor. Conocerlo es, a nivel humano, lo más fuerte que nos pasó después de la familia Roldán en el Chaco.
Mientras nosotros trabajamos (ya sea haciendo artesanías o vendiéndolas en alguna plaza) él nos cuenta sus historias…
porque Victor, que ahora pasa los cincuenta, se fue de casa a los 24 dispuesto a conocer el Mundo… Nacido y criado en una familia paraguaya que emigró a los suburbios porteños, creció humilde pero de principios intachables. A los 16 empezó a pedir permiso a sus padres para salir de viaje, permiso que fue negado consecutivamente hasta los 24, recién entonces su padre accedió. A pesar de su madre Victor preparó minuciosamente su mochila y caminó hasta la Panamericana para hacer dedo por primera vez en su vida. Ahí nomás se le ocurrió lo que todavía hoy recomienda como la mejor técnica del Dedo: juntar flores silvestres y ofrecerlas a los autos mientras se le pide que paren… en nueve meses llegó a Centroamérica…
Las historias son miles… de ahí en velero por todas las islas del caribe durante meses, y luego varado en aguas norteamericanas porque sólo le daban una visa tipo “C” (ni “A” ni “B”, por ser sudaca y pobre Invasolandia no le permitía siquiera pisar el suelo). Y de ahí a Europa, gracias a un francés que le ofreció un pasaje de avión a cambio de un trabajo de albañilería… luego se enamoró de una Alemana y llegó a las tierras bárbaras donde, a excepción de algunos viajes hacia Oriente y otros para Argentina a visitar a su familia, permaneció durante más de 20 años.
La estrategia de viaje, en general, fue siempre la misma: se presentaba en algún negocio y ofrecía su trabajo a cambio de un plato de comida. De modo, que es un hombre que ha hecho de todo; apenas llegó a Europa limpiaba el gallinero de una chacra a cambio de huevos y algún pan duro…
 
Nuestro tío, el Hornero, es generoso, gentil y muy paciente. Su vecindad es como un árbol en un camino soleado…
Aca está el Tío Victor amaneciendo en su Hornero... Ustedes verán la razón del nombre que le dimos a su auto-casa
Esta foto es del patio del Perro Bernardette en Tartagal. Aquí estuvimos parando durante 15 dias. gracias Perro querido!! 

Acá estamos nosotros en una mañana de trabajo... meta hacer pulceritas para vender...
la foto la sacó Victor que nos hacia compañía.

Esta es otra vista del Hornero. Víctor con su experiencia de viajero tiene todo muy organizado!!!. Aquí estaba colocando nuevas luces traseras en Tartagal, Salta.
Este es el equipo de trabajo del Perro Bernardette (canoso a la derecha) en su Gomeria en Tartagal, Salta.
Finalmente esta es la última Foto que tenemos con el Hornero. Fue esta mañana (27 de Agosto) volviendo de la reserva Provincial Acambuco... Nos despedimos con este viajesito... ahora Victor se dirige a recorrer la Ruta 40 y nosotros cruzamos a BOLIVIA... Fue hermoso estar acompañados, ojalá el camino tenga más encuentros para la Rana y el Hornero.
  


La Rana se encuentra con el Hornero.

Volvimos a la ruta el martes 26 de julio y recuperamos la dinámica de llegar a la plaza, ir a la radio y exponer nuestras pichinchas. Dormimos en Ibarreta,  y al otro día se nos hizo de noche atravezando el bañado La Estrella. Dormimos en un puesto policial y a la mañana del jueves 28 volvimos a atravesar el bañado rumbo a Lomitas… y ahí, por el otro carril lo vimos aparecer al Hornero.
Se trataba de Victor Culzoni en su camioneta Mercedes modelo 80. Lo habíamos visto en el Parque Río Pilcomayo, pero sólo habíamos intercambiado algunos datos de nuestros viajes respectivos. Él viaja por Argentina desde Noviembre del 2010, su meta es recorrer todo el país, especialmente la ruta 40. Un volcán en erupción llenó de cenizas su camino a la altura de Zapala, Neuquén, por lo que cambió el rumbo hacia el noreste.
Cuando un(os) viajero(s) cruza en su camino a un viajero reconoce al otro y se siente reconocido. Se ha encontrado con otro “yo”, puede percibir las raíces móviles del otro porque conoce las propias. Se comparte algo tan profundo como el modo de ser: “nómade”, ese “estar en el camino” que lo hace un viajero. Y cuando un viajero que lleva una casa con ruedas, se encuentra con otro que también lleva la suya, no hay nada mejor que proponerse ser vecinos…
Este es Victor Culzoni!! nuestro amigo, compañero, hermano de ruta y un poco padre consejero.


Acá estamos haciendo una travesía desde Laguna Yema a la Reserva Nacional Formosa. Nos metimos por unos caminos que eran casi inexistentes. Nos salvó la 4x4 del Hornero.
Acá estamos con los amigos de la reserva Formosa: Gracias Santi y Lara!!!

viernes, 19 de agosto de 2011

El primer percance de Don Baldomero (o “la citronave herida”)

Después de nuestro paseo por paraguay SIN Don Baldomero… con sudor aprendimos a no ofenderlo… el viaje es de a tres carajo!
A dedo volvimos a Formosa capital y nos reencontramos con los amigos de La Mandinga, buscamos a Don Baldo que había quedado durante 17 dias alojado en el patio de Horacio. Si bien lo habiamos dejado bien tapado notamos algunas señales de abandono y nos propusimos no volverlo a dejar…
Partimos para Laguna Blanca. Se trataba de un destino premeditado desde nuestro paso por el Chaco puesto que esa pequeña ciudad era la puerta para conocer el Parque Nacional Río Pilcomayo, donde vive Federico Rodriguez Mira (un compañero de teatro de Mica que es guardaparque) y participar de la Fiesta del Pomelo (the pomel fest como le decía el Fede) una de las más grandes fiestas de Formosa, totalmente gratuita y organizada por el gobierno provincial.

El paso por Laguna Blanca amerita un capítulo de nuestro viaje… sufrimos el primer percance de Don Baldomero al segundo día de haber llegado: hibamos a comprar cigarrillos al mercadito de Marciana y Magalí, la novia de Fede, se adelantó para sacar marcha atrás la Ford Explorer de Fede… retrocedió unos doce metros e impactó en la trompa del Citro…

Esa semana venía el Javi Marquez desde Río Cuarto a visitarnos y el fin de semana era el esperado “Pomel Fest”… sí o sí necesitabamos tener el citro a disposición… Los nervios fueron en aumento a lo largo de la semana, todo concluyó en una lluvia torrencial que aguó el festival en la noche del sabado 16 de julio. No vendimos casi nada y tuvimos que salir a todo motor del Estero Poi, donde teníamos la carpa, porque casi nos inundamos y quedamos barados por el estado del camino… encima se nos pinchó una goma y no encontramos gomería abierta!   
De todos modos fue una desgracia con suerte: en el choque no se dañó el motor, encontramos un muy buen chapista en Clorinda (Don Galeano) y el Fede nos ayudó mucho cubriendo la mayoría de los gastos. Además durante la fiesta conocimos a Santi y Lara, guardaparques que nos invitaron a la Reserva Nacional Formosa. Buscando gomería conocimos al Gringo, a su hijo Jonathan y a Nestor (su renoleta) que no sólo nos arreglaron la pinchadura sino que nos ayudaron a hacer reclinable el asiento trasero de Don Baldomero. Ahora tenemos mucho más organizado el equipaje y no hizo falta abandonar el asiento trasero.   


Este primer percance nos demoró en el Parque Nacional Río Pilcomayo unos 20 dias. Pero nos permitió hacer un montón de amigos, conocer la historia del barrio “el palomar” (gracias a Paulino y a su familia) y de la comunidad Qom “la primavera” (a partir de las historias de Adelaida).
1° percance: el choque… superado de modo exitoso